Según Villarreal (2012) la estigmatización tiene múltiples fuentes como las personas que les rodean en la escuela, en el trabajo, los vecinos, los familiares y otros, los cuales toman actitudes hacia la persona que tiene algún tipo de trastorno en salud como señalándole, vergüenza de la persona y del posible trastorno de salud mental que padece, suponiendo que estas personas son un riesgo en el ámbito que se desarrollan y pudieran causarles daño.
Partiendo de esta preocupación, la relación entre el estigma hacia la salud mental y el conocimiento en esta área ha sido ampliamente estudiada. La investigación ha demostrado que factores como el contacto personal, la formación y la participación en acciones de salud mental influyen significativamente en la asociación entre el conocimiento sobre salud mental y la atribución de estigma (Moro y Rocha, 2022). Asimismo, investigaciones han explorado cómo la relación entre la salud mental y el estigma percibido puede ser moderada entre colegas, lo que sugiere que las interacciones sociales desempeñan un papel en la formación de percepciones sobre la salud mental (Huang et al., 2023).
Además, se han llevado a cabo investigaciones para determinar la conexión entre la alfabetización en salud mental y el estigma relacionado con los trastornos mentales. Estudios han encontrado una relación significativa entre el conocimiento sobre salud mental y la formación de estigma en la sociedad (Akasyah, 2020). Se ha destacado también el papel mediador del estigma en la enfermedad mental, evidenciando que el estigma actúa como un factor significativo entre el conocimiento sobre salud mental y comportamientos como el distanciamiento social (Wang et al., 2023).
Por otro lado, las investigaciones han profundizado en el impacto del conocimiento sobre salud mental en los resultados relacionados con el estigma. Estudios han demostrado que el estigma hacia la salud mental no es simplemente el resultado de la falta de conocimiento, sino que está influenciado por experiencias personales e interpersonales en este campo (Ng et al., 2023). Además, se ha explorado la relación entre el estigma de buscar tratamiento y el uso de servicios, con la alfabetización en salud mental jugando un papel en las decisiones de las personas para buscar atención (Williston et al., 2020). También, Martínez et al. (2021), trabajaron con 864 estudiantes mexicanos de Psicología y encontraron que el conocimiento, las actitudes y la experiencia de convivir con algún paciente psiquiátrico, son predictores de menos conductas de discriminación.
En Colombia se realizó un estudio sobre estigma-discriminación en médicos en formación (Ceballos et al., 2020), justificado por el uso frecuente del servicio de consultas médicas de los primeros niveles de atención y el hecho de no ser atendidos por un médico titulado podría acarrear sesgos. En el estudio (observacional, analítico y transversal), conformado por 507 estudiantes de medicina de dos universidades de Santa Marta, Colombia, los participantes respondieron el Mental Health Knowledge Schedule (MAKS). Se concluyó que el 22.6% de los estudiantes de medicina mostraron alto estigma-discriminación hacia los trastornos mentales. No se encontró asociación significativa entre edad, sexo, pareja, estrato, el nivel de formación, tipo de universidad con la presencia de estigma-discriminación.
Para investigar la relación entre el estigma hacia la salud mental y el conocimiento sobre esta en México, diversos estudios han utilizado diferentes escalas y evaluaciones. Por ejemplo, un estudio realizado por Mora-Ríos y Ortega-Ortega (2021) en México se utilizó la versión de la Escala de Percepción de Devaluación y Discriminación (PDD) por Link (1987) y su asociación con variables sociodemográficas y contacto interpersonal en una muestra mexicana. La investigación tuvo como objetivo analizar las propiedades psicométricas de la escala PDD específicamente adaptada para la población mexicana, profundizando en la comprensión de cómo se percibe la devaluación y la discriminación hacia la enfermedad mental en el contexto mexicano y cómo estas percepciones son influenciadas por factores sociodemográficos e interacciones interpersonales. Se observó que las personas con un nivel educativo más alto podrían estar más conscientes de la devaluación en la sociedad hacia las personas con enfermedades mentales que otros grupos con educación más baja (F = 4.88, p = .005). Además, se encontró que la escala adaptada en México demostró una consistencia interna adecuada (α = .78).
De manera similar, la investigación llevada a cabo por Li et al. (2019) en Guangzhou, China, se centró en evaluar el impacto de la capacitación contra el estigma en la mejora de actitudes y la reducción de la discriminación hacia individuos con trastornos mentales entre trabajadores asistentes de cuidado. El estudio empleó la escala PDD desarrollada por Link, demostrando la relevancia de tales herramientas en contextos transculturales.
Estudios han demostrado que el estigma en salud mental, medido por la escala PDD, puede actuar como una barrera para buscar servicios de salud mental (Karamouzian et al., 2018). Además, la escala se ha empleado para evaluar la confiabilidad y validez de instrumentos relacionados con el estigma de la enfermedad mental en enfermería (Wang et al., 2021).
Favre et al. (2023) evaluaron el estigma relacionado con la enfermedad mental percibida por el personal de salud mental ocupacional no profesional utilizando la escala PDD y evaluaron el agotamiento con el Inventario de Burnout de Maslach. Solis-Soto et al. (2019) exploraron el estigma hacia las personas con trastornos mentales entre los trabajadores chilenos utilizando una versión adaptada de la PDD. Isaji (2023) también utilizó este instrumento para evaluar el estigma entre los usuarios de centros de día psiquiátricos en Japón. Por su parte, Nakanashi et al. (2021) evaluaron la efectividad de un programa de coproducción en la reducción del estigma contra la enfermedad mental utilizando dicha escala.
En general, la literatura sugiere una compleja interacción entre el estigma hacia la salud mental y el conocimiento sobre la salud mental. Factores como experiencias personales, interacciones sociales y conocimiento sobre salud mental contribuyen a dar forma a las actitudes y comportamientos de las personas hacia la enfermedad mental.
Estos estudios demuestran la amplia aplicación de la escala PDD de Link en la evaluación de la percepción de devaluación y discriminación relacionadas con la enfermedad mental en diferentes poblaciones y grupos ocupacionales. La escala ha sido fundamental para comprender y medir el estigma hacia los trastornos mentales, destacando su importancia en la investigación orientada a abordar y reducir el estigma en diversos entornos.
Comprender el estigma y el conocimiento en salud mental es esencial para mejorar la calidad de vida de las personas con condiciones de salud mental. Estudios han destacado la importancia de abordar las preocupaciones sobre el estigma en la atención de salud mental y el impacto del estigma percibido en la salud mental y el bienestar (Birtel et al., 2017). Al utilizar herramientas como la escala PDD, es posible obtener información sobre las percepciones de devaluación y discriminación hacia los trastornos mentales, lo que puede informar intervenciones y políticas dirigidas a reducir el estigma y mejorar los resultados de salud mental.
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