Un estudio publicado en el 2020 analizó investigaciones pasadas sobre estigma y salud mental, indica que los trastornos mentales prevalecen en todo el mundo (Waqas et al., 2020). De acuerdo con dicho estudio, titulado Interventions to Reduce Stigma Related to Mental Illnesses in Educational Institutes: a Systematic Review, los trastornos mentales representan el 7 % de las enfermedades a nivel mundial y causan el 16 % de las lesiones en personas de 10 a 19 años, haciendo del suicidio la tercera causa de muerte en adolescentes, quienes son una población social sumamente vulnerable, ya que buscan la aprobación de sus compañeros y las redes sociales.
No obstante, la postura de la Organización de las Naciones Unidas (2018) refiere que los derechos esenciales de los pacientes psiquiátricos no son respetados en su totalidad frecuentemente, como consecuencia de la presencia de estereotipos negativos de la población general hacia ellos, inclusive mediante acciones del personal sanitario, lo que obstaculiza el acceso a los servicios de salud y, en consecuencia, a sus procesos de recuperación.
Partiendo de lo anterior, se considera que el impacto del estigma en la salud mental dentro de la práctica de la psicología clínica es significativo y multifacético, ya que actúa como una barrera sustancial para el tratamiento de la salud mental y puede influir en la calidad de la atención proporcionada por los profesionales en este campo. Se ha demostrado que el estigma relacionado con la salud mental puede llevar a un aumento de la despersonalización, el agotamiento emocional y la disminución de la satisfacción laboral entre los proveedores de atención médica, incluidos los profesionales de la salud mental (Sastre-Rus et al., 2020). En este sentido, el impacto del estigma en los profesionales de la salud mental es sustancial, con estudios que indican que el estigma puede comprometer los resultados de salud y contribuir a actitudes negativas hacia las personas con enfermedades mentales (Iammarino et al., 2020). Además, el estigma internalizado entre el personal de salud mental con experiencia vivida en crisis mentales plantea preocupaciones sobre la autoestigmatización y sus posibles efectos en la calidad de la atención proporcionada (Stuetzle et al., 2023). Este estigma asociativo también puede afectar los resultados de las personas que buscan servicios de salud mental, potencialmente reduciendo los efectos beneficiosos del tratamiento y llevando a consecuencias negativas durante el proceso de búsqueda de ayuda (Bracke et al., 2019; Brewer et al., 2022), incluso entre estudiantes de posgrado en psicología clínica (Klein et al., 2023).
Abordar el estigma en la salud mental es crucial, y los profesionales de la salud, incluidos los clínicos, administradores y planificadores de programas, tienen la responsabilidad de enfrentar y reducir el estigma a través de diversos medios, como ampliar la literatura académica, mejorar la educación profesional y mejorar las oportunidades laborales en el sector de la salud mental (Alyousef, 2019). De no hacerlo, el estigma y la discriminación por parte de los profesionales de la salud mental, incluidos los psicólogos clínicos, pueden tener efectos perjudiciales en las personas que experimentan malestar mental (Taylor y Gordon, 2022).
Además, el estigma en los entornos de atención de salud mental puede resultar en angustia prolongada, desconfianza y desempoderamiento entre los usuarios de servicios, lo que en última instancia socava su calidad de vida y agrava sus condiciones de salud mental (Sreeram et al., 2022). La presencia de estigma hacia las personas con enfermedades mentales entre los profesionales de la salud enfatiza la necesidad de intervenciones para reducir las creencias y actitudes estigmatizantes dentro de los entornos de atención médica (Eiroa-Orosa et al., 2020). Además, el doble estigma en los comportamientos de búsqueda de ayuda experimentado por grupos racializados con trastornos mentales subraya la importancia de abordar el autoestigma internalizado y el estigma racial para reducir las barreras para acceder a la atención en salud mental (Yu et al., 2022).
En cuanto al desarrollo de las personas en su vida diaria, estudios han demostrado que las experiencias relacionadas con el estigma en la salud mental están asociadas con un mayor absentismo y presentismo, afectando la productividad y el bienestar (Berry et al., 2021). Además, el estigma puede influir en los resultados para las personas con enfermedades mentales, afectando sus experiencias, motivaciones y obstáculos para acceder a los servicios de salud mental (Diatmika y Karmila, 2022). El estigma en la salud mental también puede afectar la competencia emocional y el rendimiento académico entre los estudiantes, enfatizando la importancia de abordar el estigma en entornos educativos (Pei, 2022).
Es importante destacar que la relevancia de ampliar el conocimiento sobre el estigma en salud mental en México se destaca a través de diversas investigaciones recientes. Estudios como el de Gervacio y Guillen (2023) resaltan la necesidad de mejorar la atención de la salud mental en México, evidenciando la insuficiencia de los recursos destinados a este fin. Además, Valdez-Santiago et al. (2021) analizan el marco legal en salud mental y suicidio en México, lo que subraya la importancia de contar con políticas efectivas en este ámbito.
La atención a la salud mental en México se ve afectada por diversas barreras, como se menciona en el estudio de Gómez-García et al. (2022), donde se aborda la problemática de las conductas suicidas y se destaca que incluso profesionales de la salud mental enfrentan desafíos en este sentido. Asimismo, Cerecero-García et al. (2020) señalan la importancia de mejorar la cobertura de diagnóstico y tratamiento de la depresión en la población mexicana. Por su parte, la investigación de Lagunes-Cordoba et al. (2020) y Lagunes-Cordoba et al. (2021) sobre las percepciones del estigma por parte de los usuarios de servicios de salud mental en México, así como de los profesionales en formación para brindar dicha atención, subraya la necesidad de abordar este tema de manera más amplia en la región, enfatizando la necesidad de identificar los factores que influyen en estas actitudes para combatir el estigma de manera efectiva dentro del sistema de salud.
Además, la salud mental infantil y la brecha de tratamiento en México son temas relevantes, como lo indican Suárez y Kazdin (2022), quienes proponen modelos para ampliar el acceso a los servicios de salud mental y reducir dicha brecha. Estos aspectos son fundamentales para abordar de manera integral la salud mental en México y garantizar un adecuado cuidado a la población.
Retomando lo anterior, la investigación sobre el estigma en la salud mental en México es crucial debido a su impacto significativo en las personas con trastornos mentales y en el panorama general de la salud pública. La ampliación del conocimiento sobre el estigma en salud mental en México es crucial para mejorar la atención y promover el bienestar de la población. Por ello, es necesario seguir investigando y desarrollando políticas efectivas que aborden las barreras existentes y garanticen un acceso equitativo a los servicios de salud mental en el país. Mejorar el conocimiento respecto a la importancia de la salud mental y los problemas asociados podría disminuir las disparidades en la atención en este sector, lo cual es crucial en un país diverso como México.
Ahora bien, con respecto a la aproximación, realizar un estudio cuantitativo sobre el estigma en salud mental en México es conveniente para ampliar nuestro conocimiento sobre la magnitud y la naturaleza de este fenómeno en el país. Este enfoque nos permitirá identificar los factores clave que contribuyen al estigma, como la falta de información y los prejuicios culturales, y comparar tendencias con estudios similares en otras regiones. Los datos obtenidos serán esenciales para guiar el desarrollo de políticas y programas específicos destinados a reducir el estigma en salud mental en México, adaptados a las necesidades de la población. Además, este estudio cuantitativo puede mejorar la atención y el tratamiento de las personas con problemas de salud mental al reducir las barreras de acceso y mejorar la calidad de la atención disponible. Un estudio cuantitativo sería fundamental para proporcionar datos empíricos que respalden la implementación de intervenciones efectivas para reducir el estigma y promover la búsqueda de ayuda entre las personas que padecen trastornos mentales en el país.
Abordar el estigma en la salud mental es crucial para mejorar el acceso a la atención, mejorar los resultados del tratamiento y promover el bienestar tanto de las personas que buscan servicios de salud mental como de los profesionales que brindan atención, así como el impacto que pueda tener en otras áreas de su vida como el laboral o académico. Los esfuerzos para reducir el estigma, aumentar la educación en salud mental y fomentar entornos de apoyo son esenciales para mitigar los efectos perjudiciales del estigma en la práctica de la psicología clínica.
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